martes, 11 de diciembre de 2018

Cada Mañana

Una taza de café,
apenas una taza,
pequeña,
donde el café descansa,
caliente,
cantando su aroma suave;
bailando,
lento,
en el calor humeante,
que dibujando tus labios,
se escapa.
Su color oscuro
y superficie brillante,
clara,
donde veo unos ojos,
que aunque esté solo,
no son mios.
Ese sabor fuerte
y tono dulce,
de fondo casi amargo,
que cuenta historias,
recuerda risas,
habla silencios.
Donde cada sorbo,
pequeño,
profundo,
lleva consigo
el sabor de tu voz,
el olor de tu presencia...
en ellos se ven tus ojos...
Y así...
cada mañana,
aunque no estés,
me sabe a vos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario